La chica que se saltaba los semáforos en rojo.
La que iba sola por la calle a las 5:00 am.
La que era musa de poetas.
La que animaba cualquier fiesta.
La que bailaba,
y como bailaba.
Cualquiera perdería la razón por ella.
Menos ella,
ella no.
Ella encontraba defectos
hasta en su caminar.
Pero cómo lo hacía,
si parecía que flotaba por las aceras,
y a todos les hacía mirar.
Pero como ella no se quiere,
jamás nadie la querrá.
Mas siempre será,
la chica que se saltaba los semáforos en rojos.
-Andrea P. Expósito
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