Este es el poema
que tú nunca me escribiste.
Las letras que jamás me dedicaste.
Las que tan siquiera pensaste.
No soñabas con que fuera yo
con quien pasar las horas.
Tampoco sería yo,
a la que le robarías un beso bajo la luna,
que desde el cielo nos miraría celosa.
Podríamos ser nosotros.
Pero preferimos ser,
tú.
Y yo.
Porque en verdad,
este es el poema que nunca me escribiste.
-Andrea P. Expósito.
lunes, 4 de julio de 2016
sábado, 2 de julio de 2016
Como un niño
Como un niño.
Al que le advierte de no subirse a las rocas.
De no bañarse donde no haga pie.
De no tomar sol sin protección.
Ni cruzar la calle sin ir de la mano.
Pero lo hace.
Aunque le advierten de que no,
él lo hace, se atreve.
Así debemos ser tú y yo.
Nadie cree en nosotros.
Nos amenzan con que no tenemos futuro.
Pero lo intentamos.
Lo hacemos.
Sin importar nada.
Llamalo masoquismo,
yo, lo llamo amor.
-Andrea P. Expósito.
Al que le advierte de no subirse a las rocas.
De no bañarse donde no haga pie.
De no tomar sol sin protección.
Ni cruzar la calle sin ir de la mano.
Pero lo hace.
Aunque le advierten de que no,
él lo hace, se atreve.
Así debemos ser tú y yo.
Nadie cree en nosotros.
Nos amenzan con que no tenemos futuro.
Pero lo intentamos.
Lo hacemos.
Sin importar nada.
Llamalo masoquismo,
yo, lo llamo amor.
-Andrea P. Expósito.
domingo, 12 de junio de 2016
La chica que se saltaba los semáforos en rojo.
La chica que se saltaba los semáforos en rojo.
La que iba sola por la calle a las 5:00 am.
La que era musa de poetas.
La que animaba cualquier fiesta.
La que bailaba,
y como bailaba.
Cualquiera perdería la razón por ella.
Menos ella,
ella no.
Ella encontraba defectos
hasta en su caminar.
Pero cómo lo hacía,
si parecía que flotaba por las aceras,
y a todos les hacía mirar.
Pero como ella no se quiere,
jamás nadie la querrá.
Mas siempre será,
la chica que se saltaba los semáforos en rojos.
-Andrea P. Expósito
La que iba sola por la calle a las 5:00 am.
La que era musa de poetas.
La que animaba cualquier fiesta.
La que bailaba,
y como bailaba.
Cualquiera perdería la razón por ella.
Menos ella,
ella no.
Ella encontraba defectos
hasta en su caminar.
Pero cómo lo hacía,
si parecía que flotaba por las aceras,
y a todos les hacía mirar.
Pero como ella no se quiere,
jamás nadie la querrá.
Mas siempre será,
la chica que se saltaba los semáforos en rojos.
-Andrea P. Expósito
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